Cuando veo y leo a hombres tan famosos como Terry Crews más conocido por su papel de Latrell en la película Chicas Blancas de 2004, me sorprendo al verlo decir que fue un adicto a la ciberporcina (Pornografía) y que eso estaba arruinando su carrera y su familia. ¿Cómo un hombre como él puede caer en algo como eso, si él es divertido, tiene dinero, no le hace falta distraerse con ese tipo de contenido? Lo cierto es que todos en algún momento en nuestras vidas hemos caído como presa fácil en ese mundo, hasta que fuimos libres.
Porque esto no es solo vender un cuerpo en páginas de contenido para
adultos. Es algo letal, mata la bondad que yace en lo profundo del hombre y la
mujer tanto del que ve como del que muestra, y esa bondad que, aunque creamos
que no existe esta allí porque es un atributo de nuestro Creador.
Cuando oímos los testimonios de hombres y mujeres que salieron del mundo de
la ciberporcina, vemos gente destruida que se está reconstruyendo, tratando de
sanar sus cuerpos y restaurar la dignidad perdida que fue manipulada por
alguien más astuto porque en final de cuentas quien pierde es quien ha
entregado todo por unos verdes.
Cuando observamos la vida del Apóstol Pablo nos damos cuenta de la lucha
que tuvieron muchos de sus discípulos con este tema. Te lo explicare así,
existían templos donde los jóvenes eran entregados para rituales sexuales. Allí
iban los acaudalados para tener una experiencia sexual con algún dios.
Entonces pagaban y les era entregada una sacerdotisa o un joven sacerdote
de un dios pagano. Eso era esclavitud, se consideraba un esclavo alguien que no
era capaz de controlar su cuerpo ni sus decisiones por unas monedas, estos no tenían ningún tipo de derechos. Por eso el apóstol les dijo que
una vez estando Cristo en sus vidas procuraran su libertad.
Pero existían otros que sus pecados sexuales eran por voluntad propia, a
esos les dijo: Por precio fuisteis comprados no os hagáis esclavos de los
hombres. Refiriéndose a que una vez que conoces a Jesús ya no eres esclavo del
pecado, por lo que el cambio que debe haber en ti es procurar tu santidad y tu
integridad.
Mientras leía el libro sobre la batalla de la mente de Joyce Meyer (la versión para los niños), de una
manera sencilla ella explica que existen niños que pueden convencerse así mismos sobre su color favorito solo porque es el mismo de su mejor amigo. Con esto ella explica que una mente débil termina siendo arrastrada por una
más astuta y convincente. Estrategias mentales para sacarte de tu seguridad diciéndote que será solo un video o una foto.
Diciéndote que de todos modos no eres virgen o que eso de la dignidad es un
constructo humano y que frente a una cámara nadie podrá hacerte daño.
Procura tu libertad y no dejes que nadie te convenza de entregar tu
dignidad, la que Dios te dio. Convéncete de que el pecado es real y tiene sus
consecuencias en la eternidad. Es una cuestión de fe, una fe que te invito a
alimentar en el único y verdadero Dios, Jesucristo. No te conviertas en el
ladrón que se persigna antes de cometer una fechoría porque él escapa a su
suerte y la suerte lo abandonará algún día, porque nada es, pero Dios no
abandona a los que hacen su voluntad.
He visto jóvenes vencer en medio de esta crisis. Los he visto prosperar,
levantarse y seguir adelante, y en otras instancias los he visto también salir en
búsqueda de su independencia económica y prosperidad en otros países usando sus
propias manos. Ánimo que Dios te bendiga.
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